Durante la Edad Media
(s. XII-XIV) hubo un seguido de novelas sentimentales que circularon por las
cortes de Europa. Entre ellas encontramos la novela de “Flores y Blancaflor”.
Resumen:
Flores es hijo de un
rey moro de España. Está enamorado de la hija de una esclava cristiana,
Blancaflor. Los dos eran nacidos el mismo día, con unos mismos rasgos: igual de
guapos, de listos… y crecen juntos. Durante su adolescencia, aparece el amor
(vemos que el amor no tiene fronteras) y en enterarse su padre, el rey, vende a
la esclava que llega al mercado de Babilonia, y Flores va en su búsqueda. Viven
un viaje de regreso juntos, y al llegar a España, su padre (el rey) ha muerto y
él es coronado rey. Entonces se convierte en cristiano y se casa con ella.
En este pequeño relato
de “Flores y Blancaflor”, vemos con mucha facilidad que en las novelas
sentimentales, el amor es el elemento principal y más importante (si que el
caballero librará batallas, guerra… vivirá una aventura) pero todo será por
amor, querrá recuperar a su amada y deberá ir a buscarla. Por eso decimos que
el amor no tiene fronteras, el personaje hará todo y más por su amada, por
amor.
Van habiendo cambios
en los espacios… Empiezan a aparecer dentro de la novela francesa, dentro de la
historia, de las ciudades que cobran un papel más importante respecto a las
cortes (que eran el principal espacio en las novelas de caballerías).
Con estos cambios
empiezan a aparecer nuevos novelistas como Jean Renart. Nacido a principios del
XIII, fue un poeta francés. Su vida es aún muy desconocida, pero se le
atribuye la composición de la novela “Galeran de Bretaña” y se sabe que
fue el autor de “El milenio” (del año 1200) y el “Guilleaume de Dole” (del
año 1210). Su obra maestra es, sin lugar a dudas, el poema narrativo “El lai
de la sombra” (1221).
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada