Entre los escritos que
se leían en la Edad Media, se destacan cinco variedades: las novelas de
caballerías y las novelas sentimentales, que eran lo novedoso de la época.
También había relatos de la antigüedad greco-latina, relatos religiosos como la
vida de santos, sermones, historias bíblicas, etc. Y por último había cuentos y
leyendas, que se transmitían oralmente y escritas. Las escritas venían de
tradición oriental u occidental, y en esta vertiente podemos destacar a Esopo
como escritor de las leyendas occidentales.
La novela
sentimental es un
subgénero literario histórico que se desarrolla en el Prerenacimiento del siglo
XV y el Renacimiento de la primera mitad del siglo XVI. Se compone en prosa con
versos intercalados, a veces en forma epistolar; posee temática amorosa,
frecuentemente dentro de las leyes del llamado amor cortés.
De las novelas
sentimentales podemos encontrar Tristán e Isolda como una de las más
importantes de la época:
Resumen de la
novela sentimental Tristán e Isolda:
Tristán es el fruto de
los amores del rey de Cornualles, que se enamora de la reina Leonire.
Es cuidado por su tío,
el rey, que lo trata como si fuera su propio hijo. Tristán es muy bueno en la
música, en concreto con su arpa, pero la historia empieza cuando un gigante
Irlandés llega para que le paguen con doncellas y hombres hasta que alguien le
plantara cara y ganara.
Cuando Tristán llega a
la edad suficiente para luchar contra el gigante, gana, pero ambos quedan mal
heridos. El gigante se vuelve a Irlanda y es cuidado por su sobrina, Isolda,
por la quién está enamorado, pero a pesar de sus cuidados, el gigante muere.
Isolda encuentra un fragmento de espada del oponente en su cabeza, y decide
guardárselo.
Por otro lado, Tristán
también está muy mal herido, tanto que no le encuentran solución y él accede a
que lo dejen al mar con una barca y su arpa. Llega a las costas de Irlanda, y,
haciéndose pasar por un juglar, se hace famoso tocando su arpa hasta llegar a
los oídos del Rey, que manda que su hija lo cure. Esta lo hace, y Tristán
vuelve a Cornualles, dónde su tío, aún soltero, ve por arte de magia unos
cabellos rubios, y afirma que se casara con la mujer de estos cabellos.
Tristán, que conoce a la persona que tiene estos cabellos (Isolda, la rubia)
vuelve a Irlanda para pedir la mano de ella para el Rey. Al llegar se encuentra
un dragón que ataca al pueblo, pero él lo mata cortándole la lengua. Como ésta
tiene poderes mágicos, deja inconsciente a Tristán, y un forastero que pasaba
por allí recoge la lengua y la lleva al Rey para pedirle la mano de Isolda, la
rubia. Esta, que no se cree que lo haya matado el forastero, va a ver la escena
del dragón y encuentra a Tristán tendido. Y es entonces cuando comprueba que el
fragmento de la cabeza del gigante es el que falta en su espada. Isolda lo
perdona y lo cura, y Tristán le dice que su tío le pide la mano. Antes de
partir a Cornualles, la madre de Isolda hace unos brebajes para que cuando
llegue a ver el Rey de Cornualles se lo tomen los dos y queden enamorados para
siempre. Pero en el viaje, por error, Tristán bebe un brebaje y Isolda el otro,
y se enamoran perdidamente. Al llegar al destino, se separan y se van viendo a
escondidas. Y un enano, para probar que Tristán visita Isolda por las noches,
deja harina y esta se mancha de sangre de Tristán al saltar de una ventana a
otra. Para probar que no eran amantes, Isolda jura que solo ha tenido dos
hombres entre sus piernas. Uno fue el Rey, y el otro el juglar que le ha
ayudado a cruzar la calle cuando estaba toda mojada (el juglar era Tristán,
para así burlar la ley). El Rey no se lo cree del todo y Tristán huye lejos, a
un castillo. Allí se casa con Isolda de las blancas manos, pero con un voto de
castidad porque está enamorado de Isolda, la rubia. Y cuando se pone enfermo,
dice que solo hay una mujer que pueda curarlo: Isolda, la rubia. Pide que si el
barco que vendría de Cornualles llevaba Isolda, tendría las velas blancas. Si
no venía, las tendría negras. Y cuando este se acerca, Tristán pregunta de qué
color son las velas y le responden que son negras. Seguidamente, Tristán se
muere de tristeza. Y cuando Isolda la rubia llega al castillo y lo ve muerto,
también muere de pena.
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